Existe la falsa creencia de que la violencia de género solo se produce mediante agresiones físicas. Sin embargo, en nuestra sociedad hay otras formas de violencia que pasan desapercibidas.
En ocasiones, se espera que la mujer siempre esté disponible para su pareja, que siempre acceda a tener relaciones sexuales y de la forma como él desea. Esta violencia puede ejercerse mediante reclamos o amenazas “me voy con otra”, “¿con quién me estás quemando?” o manipulación “ya no me quieres”, “debe ser que tienes otro”, “mi anterior pareja no me trataba así”, “después no llores”
La violencia sexual también puede extenderse a controlar si usas o no métodos anticonceptivos; a negarse a utilizar el condón; ha obligarte a ver pornografía y/o a tener prácticas sexuales que no te gustan.
Son formas de maltrato muy sutiles, difíciles de detectar para las víctimas e incomprensibles para las personas cercanas a ella, puesto que no se da ni un golpe y proviene en la gran mayoría de las veces de hombres cercanos, en quienes se espera confiar.
Todas las personas tienen derecho a un hogar seguro y a vivir sin violencia.